Pequeño Nicolás
-¿Has visto mis gafas? le preguntó Clotario a Agnan-.Ahora voy a ser el primero en todo, y la maestra me mandará a buscar los mapas y seré yo quien borrará la pizarra. ¡Tururu!
-¡No, señor! ¡No señor! dijo Agnan-. ¡El primero soy yo! Y, además no tiens derecho a venir a la escuela con gafas.
-¡Claro que tengo derecho, mira!¡no me digas! dijo Clotario--¡Y tú ya no serás el único ojito derecho de la clase!¡Tururú!
-Y yo dijo Rufo- voy a pedirle a mi papá que me compre gafas, ¡y también seré el primero!
-¡Todos vamos a pedirles a nuestros papás que nos copren gafas! gritó Godofredo-. ¡Todos seremos primeros y ojitos derechos!
Entonces fue terrible, porque Agnan se puso a gritar y a llorar; dijo que eso era trampa, que no teníamos derecho a ser los primeros, que se quejaría, que eso era trampa, que no teníamos derecho a ser los primeros, que se quejaría, que nadie lo quería, que era muy desgraciado, que iba a matarse, y el Caldo llego corriendo. El Caldo es nuestro vigilante, y un día os contaré por que le llaman así.
(Los amiguetes del pequeño Nicolás)
La saga de libros de El pequeño Nicolás, es única para mi. De hecho fueron de los pocos libros que leí en mi infancia, por no decir los únicos. Nunca me gustó leer de pequeño, pero estos libros me encantaban. La verdad es que no soy un gran lector de libros, supongo que eso acrecentó la incultura de la que soy representante y que me hace ser objeto de mofa y escarnio entre mis amigos, grandes lectores cultos que se deleitan con obras de Nabokov, Bukowski y mil más. Supongo que es triste que mis libros preferidos sean los del Pequeño Nicolás pero hay algo en ellos, que debe conectar con mi infancia y no me aburre el leerlos año tras año.
Goscinny(Autor) utiliza un lenguaje idéntico al que utilizan los niños, frases cortas e ideas que se entremezclan al hablar. De hecho siempre me los imagino a todos ellos hablando a velocidades increíbles al igual que yo lo hacía (bueno, lo sigo haciendo). Supongo que hay cierta parte de mi que nunca madurará, una pequeña parcela peterpanesca.
Todos los personajes me recuerdan a mi infancia, a esos días de colegio en los que lo más grave que podía pasar era que te excluyeran para jugar al fútbol.
Los libros están ilustrados por el maravilloso Sempé, con su estilo sencillo. El estilo perfecto para poder dibujar esas peleas infantiles, llenas de borrones.
En definitiva, si no os gustan es que no habéis tenido infancia.
PD: Estos días con lo del último examen de la carrera, ando algo fastidiado. Así que no creo que tenga mucho humor en mis textos. Pero prometo que cuando acabe, volveré con fuerza y más de mis textos absurdos y surrealistas.
-¡No, señor! ¡No señor! dijo Agnan-. ¡El primero soy yo! Y, además no tiens derecho a venir a la escuela con gafas.
-¡Claro que tengo derecho, mira!¡no me digas! dijo Clotario--¡Y tú ya no serás el único ojito derecho de la clase!¡Tururú!
-Y yo dijo Rufo- voy a pedirle a mi papá que me compre gafas, ¡y también seré el primero!
-¡Todos vamos a pedirles a nuestros papás que nos copren gafas! gritó Godofredo-. ¡Todos seremos primeros y ojitos derechos!
Entonces fue terrible, porque Agnan se puso a gritar y a llorar; dijo que eso era trampa, que no teníamos derecho a ser los primeros, que se quejaría, que eso era trampa, que no teníamos derecho a ser los primeros, que se quejaría, que nadie lo quería, que era muy desgraciado, que iba a matarse, y el Caldo llego corriendo. El Caldo es nuestro vigilante, y un día os contaré por que le llaman así.
(Los amiguetes del pequeño Nicolás)
La saga de libros de El pequeño Nicolás, es única para mi. De hecho fueron de los pocos libros que leí en mi infancia, por no decir los únicos. Nunca me gustó leer de pequeño, pero estos libros me encantaban. La verdad es que no soy un gran lector de libros, supongo que eso acrecentó la incultura de la que soy representante y que me hace ser objeto de mofa y escarnio entre mis amigos, grandes lectores cultos que se deleitan con obras de Nabokov, Bukowski y mil más. Supongo que es triste que mis libros preferidos sean los del Pequeño Nicolás pero hay algo en ellos, que debe conectar con mi infancia y no me aburre el leerlos año tras año.
Goscinny(Autor) utiliza un lenguaje idéntico al que utilizan los niños, frases cortas e ideas que se entremezclan al hablar. De hecho siempre me los imagino a todos ellos hablando a velocidades increíbles al igual que yo lo hacía (bueno, lo sigo haciendo). Supongo que hay cierta parte de mi que nunca madurará, una pequeña parcela peterpanesca.
Todos los personajes me recuerdan a mi infancia, a esos días de colegio en los que lo más grave que podía pasar era que te excluyeran para jugar al fútbol.
Los libros están ilustrados por el maravilloso Sempé, con su estilo sencillo. El estilo perfecto para poder dibujar esas peleas infantiles, llenas de borrones.
En definitiva, si no os gustan es que no habéis tenido infancia.
PD: Estos días con lo del último examen de la carrera, ando algo fastidiado. Así que no creo que tenga mucho humor en mis textos. Pero prometo que cuando acabe, volveré con fuerza y más de mis textos absurdos y surrealistas.
7 comentarios
adonay -
karin -
barbara -
* SaRa * -
elFriqui -
Sí, muchos blogueros chorras e incultos como nosotros tenemos el síndrome ese de "noquierohasememayó"...
Almudena -
Patch -