Visita al dentista (1)
El reloj marcaba la hora de mi muerte hoy a las 11:20 cuando he llegado a Goya. ¿Por qué casi todas las consultas de dentistas parecen lugares clandestinos estando ubicados en pisos de casas?. Al entrar un calor insoportable hace que la sensación desangelada de desasosiego sea mayor. Algunos dicen que soy un histérico del calor, pero yo no me lo creo, je!. Como no, la señorita encargada de dar citas y demás menesteres nos manda a la sala de espera a mi madre y a mi ( en mi casa aprovechamos que va uno para ir dos a revisión). Las revistas desfasadas están encima de la mesita cerca del sofá recordándote que has entrado en un espacio bucle temporal donde todo va más lento. Me siento, saco mi tomo de Twenty Century boys tras observar la mítica revista Aguiluchos que tienen y a esperar. Más o menos por la página 80 oigo la voz del demonio vestido de blanco llamándome.La reina del cotarro nos está esperando con su sonrisa y buena verborrea, haciendo un gesto manual indicando donde debo sentarme. Abrir la boca toca, mientras hurgan dentro de ella, las malas noticias se avecinan. Tengo dos muelas picadas de la manera mas sucia y rastrera ( las caries son así ), las dos en el hueco que hay entre pares de piezas, lugar donde difícilmente llega el cepillo. Amenazantes son las palabras de la reina, habrá que hacer hasta dos endodoncias...
Mañana más de esta historia de terror, como adelanto decir que me acabo de tomar un nolotil....
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Por cierto, a mí una amiga me suscribió un año a Aguiluchos gratis. Qué cosas.